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Peleando la Batalla



Queridos hermanos.

Uno de los pasos más importantes para una vida Cristiana exitosa es darnos cuenta que todos estamos en una guerra espiritual, y que esa guerra continuará hasta la venida del Señor, o por lo menos para nosotros los seguidores de Cristo, hasta el día que nos toque dejar este mundo físico para ir a la presencia del Señor. Mientras tanto estamos invitados a 1Ti 6:12 Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos. Efesios 6:12 Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales. Otro paso muy importante es saber que a pesar de que estamos en guerra, Dios nos ha dicho que El está en nosotros para ayudarnos a pelear y que por lo tanto no solo podemos, sino; que es la voluntad de Dios que lo hagamos con gozo y alegría, por lo que podemos disfrutar cada batalla y darnos un gustazo en cuanto hacemos la voluntad de Dios. Ahora hay cosas que Dios nos ha pedido que hagamos que nos corresponden a nosotros. Es como si nos ha dado todos los útiles para que estudiemos y vayamos al colegio, y teniendo los libros en la mano queramos que sea Dios quien se los aprenda en lugar de nosotros. La Palabra dice: 2Pe 1:3 Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. La Palabra nos ordena a... Efesios 4:23-24 que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad. La única manera efectiva de renovar el espíritu de nuestra mente es MEMORIZANDO la Palabra. Es posible que nos parezca difícil, pero en realidad no lo es si nos lo proponemos. Podemos escribir los pasajes que queremos memorizar en tarjetas, que podemos sacar en cualquier lugar y revisarlos y repetirlos una y otra vez. Podemos practicarlos recitándolos a nuestros familiares, a nuestros amigos y hasta con los extraños y porque no a los diablos y demonios que se nos crucen por delante. Leerlos y decirlos en vos alta antes de dormir. Hacer lo mismo en la mañana cuando nos despertamos, etc. Hacer carteloncitos que podemos pegar al lado del espejo, en nuestra habitación, en el carro... donde podamos. Son las promesas de Dios que nos hacen participar de su naturaleza... Bueno estos son algunos de mis favoritos: Juan 14:23 El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. (como vamos a guardar la Palabra en nuestro corazón, entonces Dios mora en nosotros) Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. (Yo le recibí, por tanto soy hijo de Dios) Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Porque yo creo, así de grande es Su amor por mí) Gálatas 4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. Rom 8:15 Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: Abba Padre. 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo; si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos también glorificados. (Somos hijos, herederos, hoy, y ahora, guao!!!) 2 Tim 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (O sea que el Espíritu que está en nosotros nos da el poder, el amor, y el dominio para hacer la voluntad de Dios) Hechos 1:8 pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo; y me seréis testigos, en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Este verso es sumamente importante, ya que no existe mayor poder en el universo que el poder del Espíritu de Dios)

1Juan 4: 17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como Él es, así somos nosotros en este mundo. (guao!!!) 18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. (Cuando sintamos cualquier temor este es un pasaje poderoso) Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz, a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. (Si no tenemos completa paz, entonces es porque nuestros pensamientos no están perseverando en El) Jn 14:12-13 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, las obras que yo hago él también las hará; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy a mi Padre. Y todo lo que pidiereis en mi nombre, esto haré; para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Juan 17:22-23 Y la gloria que me diste, yo les he dado; para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en uno; y para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado como también a mí me has amado (guao, guao, guao)

Efesios 3:14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, 16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; (nos dé a nosotros) 17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. 20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, 21 a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. Bueno, estos son solo algunos de los pasajes maravillosos que debemos llevar grabados en la médula de nuestra mente y en lo profundo de nuestro corazón. Hay muchos más; excelentes: sobre el amor, la fe, la oración, la gran comisión. Hay algo que no he mencionado pero que debo mencionar: Obedecer el llamado de Jesús a una entrega total es vital, ya que si no nos hemos entregado de todo corazón a la causa de Cristo, entonces olvidémonos de ser Cristianos y vayamos a disfrutar del mundo mientras podamos. Dios no pide todo. Ahora, si en realidad lo pensamos: todo lo que tenemos es nada comparado con lo que Dios nos ofrece a cambio. Aquello que creemos que tengamos que renunciar no es más que basura y Dios nos ofrece a cambio, no solo sus riquezas eternas, sino el poder para poder hacer lo que Él nos pide que hagamos. Filipenses 3:7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; El negarnos a nosotros mismos y tomar nuestra cruz todos los días es en realidad la clave para llenarnos del gozo de nuestra salvación, cuanto menos hay de nosotros, más habrá de Él en nosotros. ¿Y no es eso lo que queremos y buscamos? Lo demás es solo vanidad y aflicción de espíritu, o sea: dolor, penas y aflicción. Lucas 14:25-33 Y grandes multitudes iban con Él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y esposa, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y cualquiera que no trae su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y cuenta el costo, para ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya echado el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a burlarse de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, yendo a hacer guerra contra otro rey, no se sienta primero y consulta si con diez mil puede salir al encuentro del que viene contra él con veinte mil? De otra manera, cuando el otro aún está lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.


Amor en Jesús... Alejandro

 


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