23-12-19
Que sea el Yo Interno, con el adorno incorruptible de un Espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios. 1Pe 3:4
Leemos en la Biblia sobre la existencia del Espíritu, del Alma y del Cuerpo.
1Tes 5:23 Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser: Espíritu, Alma y Cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Heb 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del Alma y del Espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.
Nuestro cuerpo es la parte física de nuestro ser que nos conecta con el mundo físico que nos rodea a través de sus cinco sentidos, vista, oído, tacto, olfato y paladar. Luego, nuestros sentidos comunican al cerebro todo lo que ven, oyen, tocan, huelen o saborean.
La descripción del alma y el espíritu puede ser un poco más difícil de definir, ya que tienen algunas similitudes, pero la Biblia nos ayuda a ver la diferencia.
Nuestra alma es lo que comprende nuestro intelecto, sentimientos y voluntad. Muchas veces la Biblia lo llama nuestro corazón.
Es obvio… Rom 10:9-10 que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación. En este pasaje no se está refiriendo al corazón que hace fluir la sangre dentro de nosotros, sino al alma dentro de nosotros.
Ahora nuestro espíritu se renueva por la fe en Cristo, como dice el pasaje anterior de Rom 10: 9-10. Ahora, un hombre natural, que no ha nacido de nuevo, permanece ciego al mundo espiritual de Dios y no puede entender la Palabra de Dios.
En palabras de Jesús. Jn 3:3 Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Una vez que recibimos la salvación por la gracia de Dios a través de la fe en Cristo, nuestro espíritu nace de nuevo recibiendo la misma naturaleza de Dios dentro de nosotros y luego nos damos cuenta de que somos nuevas criaturas hechas a la misma semejanza de Dios.
1Pe 1:23 Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
Sant 1:18 Él, de su voluntad nos ha engendrado por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
2Co 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
El haber nacido de nuevo nos da una gran ventaja sobre los hombres inconversos del mundo, ya que ahora nuestros ojos espirituales han sido abiertos al Reino de Dios mientras que ellos permanecen ciegos a las cosas de Dios.
2Co 4:3-4 Y si todavía nuestro evangelio está velado, para los que se pierden está velado, en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.
1Co 2:14-16 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. Pero el que es espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado por nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor, para que le instruyese? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
En cuanto al diablo y las fuerzas espirituales del mal que dominan el mundo en la actualidad, ahora somos una verdadera amenaza para ellas, ya que tenemos autoridad sobre ellas.
Col 1:11-13 Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad con gozo; dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo;
También somos libres del pecado... Jn 8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Rom 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Rom 6:14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Mat 28:18-20 Y Jesús vino y les dijo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y enseñad a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS, hasta el fin del mundo. Amén.
Hech 1:8 pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
Jesús está no solo con nosotros pero dentro de nosotros, ahora tenemos su autoridad para representarle y somos la Justicia de Dios en Él.
2Co 5:18-21 Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación. Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios! Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él.
Col 3:10 y vestíos del nuevo, el cual se va renovando en el conocimiento conforme a la imagen del que lo creó.
A pesar de que nuestro Espíritu ahora tiene la misma naturaleza de Dios, nuestra mente carnal debe ser renovada para que pueda alinearse con el Espíritu de Dios en nosotros. Rom 12:2 Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
La única manera de renovar nuestra mente es meditando en la Palabra de Dios y viviendo en amor, obedeciendo el mandamiento de Jesús de amarnos unos a otros. Amar a Dios con todo lo que somos y al prójimo como a nosotros mismos, son mandamientos que solo se pueden vivir a través de Jesús que vive en nosotros. Fil 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Jn 15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis todo lo que quisiereis, y os será hecho.
Jn 15:12 Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
1Jn 3:18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Amor en Jesus... Alejandro
Bendiciones…!!!
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