Agosto 2019
Que significa leer la Biblia Jn 1:1-4,14 En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 14 Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. He comenzado con ese pasaje para que veamos que Jesús es la Palabra, y la Palabra es Jesús. Heb 4:12-13 Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu, y las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de Aquél a quien tenemos que dar cuenta. Que la Palabra de Dios está viva es como decir que el propio Jesús toma asiento frente a nosotros y comienza a dirigirnos la palabra. Pues eso exactamente es lo que sucede cuando leemos nuestra Biblia. Dios habla con nosotros cada vez que nos sentamos a leer la Biblia. Jn 14:23 Respondió Jesús y le dijo: Si alguno me ama, mis palabras guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. Esa promesa, si lo piensas un poco verás que es SENSACIONAL, infinitamente sensacional. Cuando pasamos tiempo leyendo la Palabra de Dios, entonces Dios comienza a hacer morada en nosotros, eso quiere decir Dios el Creador, el único Dios, a ver, si pensamos un poco en las características de Dios, podríamos decir: Amor, Majestad, Santidad, Misericordia, Sabiduría, Poder, Eternidad, Sanidad, Luz, Abundancia, Libertad, mil cosas más, el mismo Espíritu de Dios pasa a vivir en nosotros. El tener esta realidad presente debe ser razón suficiente para que pasar tiempo en la Palabra sea la hora, o las horas en que lo hacemos, el momento más deseado por nosotros. Como cuando un novio enamorado está loco por pasar tiempo con su novia, así. Veamos un poco más lo que Jesús afirma sobre su Palabra. Siempre que se puede es buenísimo leer las Escrituras en voz alta. Jn 6:63 El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son Espíritu y son Vida. Cuando la Palabra de Dios habla de la carne, se refiere a nuestro hombre físico y el mundo material que le rodea, en el cual todo es pasajero y mortal, en el mundo de Dios la vida es eterna. Al introducir las palabras de Dios en nuestra alma, nos estamos llenando del propio Espíritu y la Vida de Dios. ¿Lo pueden ver? Mat 4:4 Jesús dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. 2Ti 3:16-17 Toda Escritura es dada por inspiración de Dios, y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. ¿Queremos ser perfectos y estar enteramente preparados para toda buena obra? ¿Tenemos excusa para no estarlo? 2Ti 2:15 Estudia con diligencia para presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que utiliza bien la Palabra de Verdad. ¿Cuándo nos presentamos a Dios? ¿No es cada vez que nos presentamos a Dios en oración? ¿Puedes ver la diferencia entre venir delante de Dios preparado y clamar las promesas que Él nos ha dado, porque crees en sus promesas, o la de llegar ante Él, sin tener idea de que es lo que Él nos ha prometido, y por consiguiente sin fe? Rom 10:17 Así que la fe viene por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios. La fe en Dios proviene de su Palabra. Heb 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que a Dios se acerca, crea que Él existe, y que es galardonador de los que le buscan. Sant 1:6-7 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la ola del mar, que es llevada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, el tal hombre que recibirá cosa alguna del Señor. Ahora conocer la Palabra y no obedecerla, es peor que no conocerla. Jas 1:22-25 Mas sed hacedores de la Palabra, y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la Palabra, y no hacedor, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego se olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Cuando leemos la Palabra podemos ver lo que Dios afirma de nosotros en ella, que somos más que vencedores en Cristo, que hemos sido redimidos de todo pecado, que somos libres del pecado, que hemos sido santificados y sanados para Él y por Él, que tenemos todas nuestras necesidades suplidas por Dios, etc., 1Jn 5:4, Rom 8:37, Rom 6:22, Col 2:13-15, 1Pe 2:24, Fil 4:19 Pero si no obedecemos su Palabra, lo cual principalmente significa, el vivir en amor por Dios y amar a todos aquellos que nos rodean desinteresadamente, entonces todo seremos oidores olvidadizos, y caeremos en la mediocridad de un Cristianismo sin el Poder de Dios, y basado en nuestros propios esfuerzos por guardar la ley, lo cual de por si está destinado a fracasar. Pero les aseguro, que su fe crecerá en la misma medida que caminen por fe en la Palabra de Dios. ¿Cuántos Cristianos hay que lo único que aspiran de su vida en Cristo es ir a la iglesia el domingo y a ver si con esfuerzo van al Cielo cuando mueran? ¿Qué creen que Dios piensa de ese tipo de vida? Aburrida por lo menos, cuando Él nos ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo y llenarnos de SU PODER, para representarlo a las naciones mientras rescatamos a los Hijos de Dios aun perdidos en el mundo. Mat 28:18-20, Mar 16:15-20, Hech 1:8
Hoy en día hay millares de miles de predicadores hablando de la Palabra de Dios. No importa cuán bueno sea el predicador, no sustituyan su tiempo personal de estar al lado del mismo Dios, con el de escuchar lo que un predicador tenga que decir sobre Dios. Es verdad que el Espíritu de Dios habla a través de sus Hijos, pero lo que te digo es que tu Padre Celestial quiere pasar tiempo junto a ti, Él te ama.
Escucha y aprende de los buenos predicadores que te inspiren a confiar en Dios y su amor y bondad para con nosotros, y que a la vez te inspiren a dar tu vida por otros. Escudriña lo que enseñan con tu Biblia. Pero no los idolatres, todo lo que hay de bueno en ellos proviene del mismo Espíritu de Dios que habita en ti. Pero por amor a ti mismo y a los tuyos: evita escuchar a los que te inspiren a pensar que eres un pecador, un incapaz, indigno, y de que podrías ir a parar en el infierno, etc., y que por encima quieran ponerte bajo el yugo de la ley. Gal 2:16
Bendiciones… Alejandro
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